Basada en el clásico de la literatura antibelicista publicado en 1929 (Im Westen Nichts Neus escrito por Erich Maria Remarque), All Quiet on the Western Front (2022, Netflix) es la tercera adaptación al cine de la obra. La primera entrega, considerada hoy un clásico del cine, es una película silenciosa en blanco y negro dirigida por Lewis Milestone y producida por Universal Pictures en USA durante 1930 – año en el que ganó el Oscar a Mejor Pelicula y Mejor Director. La segunda entrega se trata de una película hecha para televisión dirigida por Delbert Mann y producida por la cadena CBS en USA en el año 1979. En 1980 ganó el Golden Globe por Mejor Película Hecha para Televisión.
En 2022 y con la colaboración de Netflix, el clásico sobre la primera guerra mundial vuelve a cobrar vida en una producción alemana dirigida por Edward Berger y se corona como selección oficial Alemana para competir por Mejor Película Internacional en la Temporada de Premios 2023.
La premisa de cada una de las producciones se centra en una ilusión despiadada y repentinamente destruida cuando un joven se enlista como soldado durante la primera guerra mundial. Su efusivo patriotismo y el falso delirio de marchar y luchar por triunfo y gloria se ven brutalmente devastados en las trincheras y realidad de una guerra que solo dejó largas trochas de destrucción, muerte y dolor.
“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan…”
- Erich Hartmann
Si hay una película que encarna este dicho es All Quiet on the Western Front. La versión del 2022 contiene los primeros 13 minutos más devastadores que he visto en una película de guerra y expone la brutalidad de la misma sin escatimar detalle audiovisual a lo largo de sus 2 horas y 30 minutos de duración. Con imágenes y secuencias llenas de simbolismo, vemos en el reciclaje de un uniforme como la guerra fue, es y continuará siendo un patrón a repetirse en distintos ciclos dentro de la historia de la humanidad, mientras que la vida de un soldado es reducida al nombre en una etiqueta o una placa.
La representación de la guerra en el cine es muy delicada de ejecutar – no debe caer en lo excesivamente gráfico que busca manipular las emociones de sus espectadores (ejemplo: Hacksaw Ridge y Mel Gibson – el afán de Gibson por mostrar cada víscera en todos los ángulos posibles para generar impacto es algo que me cuesta entender y apreciar). Sin embargo, el concepto debe ser lo suficientemente efectivo en su gestión de exteriorizar lo irracional, inhumano, caótico y demoledor que constituye una guerra. No es nada fácil de hacer y All Quiet on the Western Front lo logra a la perfección, capturando la insólita escala de horror y catástrofe en un prudente maridaje de donaire y atrocidad.
Mucho más visual que narrativo, este es EL logro cinemático del año en todo aspecto técnico:
Dirección: Edward Berger -- perfección. Cada encuadre, cada secuencia y cada ángulo resultan en una dirección con discreción y elegancia, mientras muestra lo infernal y la humanidad dentro de la inhumanidad sin caer en el cliché y heroísmo melodramático. Es algo MUY difícil de lograr con una historia de guerra y Berger lo manejó admirablemente.
Cinematografía / Fotografía: James Friend -- perfección (luz y color en función de aludir un mensaje con una imagen – master class)
Diseno de Arte / Diseño de Set / Diseño de Producción: magistral / inmejorable
Maquillaje: impecable
Sonido y Banda Sonora: la cereza en el pastel para completar la experiencia
Toda esta magno-hazaña artística se disfruta y aprecia de la manera en que es intencionada originalmente: en el cine, en una pantalla gigante y con sonido que haga las sillas retumbar. Es una gran lástima que poca gente la pueda disfrutar de esta manera, ya que su estreno global fue en streaming vía Netlfix. Una por otra – si bien, no la veremos en una sala de cine, a traves de Netflix la película y su mensaje tendrán un mayor alcance hacia un público diverso y hacia una moderna generación que prefiere la recreación visual 4K de la historia.
Con un sobrio estilo, es una película violenta, descomunal y devastadora de la forma que necesita serlo, especialmente hoy en día, donde la tragedia de la guerra y sus consecuencias continúan siendo un círculo vicioso de muerte y trauma al cual el ser humano no tiene intención de ponerle un fin.
