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GiulianaP

Civil War (2024)

Actualizado: 7 may

Continuado de un post en Instagram: @giuliana_paoli



Sin remordimiento o mucho esclarecimiento, Civil War nos lanza en medio de la crisis en un Estados Unidos no muy lejos de una aterradora y posible realidad. Dentro del poco contexto que nos brinda la película, sabemos que hay una situación arbitraria y despótica en donde la constitución ha sido ignorada al tener un presidente en un tercer mandato consecutivo, un FBI desmantelado y ataques con drones por parte del gobierno hacia sus propios ciudadanos. Texas y California se unen (la ironía… cómica, absurda o provocativa ¿??) en la oposición que se denomina como los 'Western Forces' y que se desplaza a Washington DC para derrocar a un presidente fascista que no tiene más que algunos elementos del Servicio Secreto y una pequeña parte de su equipo a su lado. Se menciona que algunos estados se mantienen retirados o neutrales ante la hostilidad. Hasta aquí, Garland no nos proporciona más detalle sobre el inicio del conflicto, cómo se detonó la guerra, qué inició la discordia o cómo llegamos al punto donde nos coloca como espectadores en su historia.



Viajamos por esta incógnita con un grupo de periodistas y fotógrafos de guerra (unos más experimentados que otros) a través de lo que la cinta nos manifiesta visualmente como una situación caótica. Durante este viaje, Garland se mantiene completamente apolítico en su discurso. Nunca se mencionan partidos o ideales políticos, oratorias liberales o conservadoras, postulados de estados azules contra estados rojos o la polarización especifica que vive Estados Unidos hoy en día. Nunca nos enteramos de qué está en el corazón de esta guerra y qué  la descarga – circunstancia que ha dividido la opinión de los espectadores.

 

A mi me parece una decisión muy inteligente de parte de Garland mantener esta neutralidad y alejarse del contexto tangible que provoca el frenesí que vemos en pantalla. Como ciudadanos del mundo real, vemos los incansables fundamentos de la eterna disonancia todo el día todos los días en las noticias, así como la dicotomía que los mismos causan con consecuencias devastadoras para la sociedad. Civil War no desea enredarse en las interminables mañanas de los distintos bandos – la película tiene muy claro que la diversidad de posiciones ya está tan a flor de piel y la monumental disconformidad es tan inevitable, que su preocupación se centra en la reactividad de la población ante semejante situación (concepto que vemos perfectamente desarrollado en dos escenas claves de la película).  



Ante la falta de tejido narrativo que amarra el racional de esta guerra en particular, hay un público que no logra empatizar con Civil War y se desprende de su intención, reclamando que una base descriptiva es necesaria para entender las acciones de personajes claves en el viaje colectivo a Washington DC y de una historia que al final, solo se termina enfocando en la importancia del periodismo.

 

Claro, efectivamente, Civil War rinde homenaje a los periodistas de guerra que arriesgan sus vidas para estar presentes, documentar lo que sucede y proliferar la información a la población. Entre disparos de balas y disparos fotográficos, vivimos la angustia, la adrenalina, el terror y el compromiso para divulgar la verdad de los hechos desde un punto de vista objetivo (con alguna ambivalencia moral - pero ese tema es para otra  discusión). El papel del periodista y su objetividad son críticos en situaciones como estas y es precisamente en esta objetividad que Garland se desea alejar de los cómos y por qués llegamos a esto. La mecánica explicativa está de más, pues caería en la predicación repetitiva que lleva a la humanidad a cualquier guerra. Manteniendo su distancia de semejante e innecesaria encrucijada, el mensaje de Garland es claro sin tener que ser dictado. Este es un futuro muy real y posible en Estados Unidos, donde sus ciudadanos veneran su derecho a armas y defensa propia a como dé lugar sin importar lógica o raciocinio, lo que lleva a perturbadoras e incómodas situaciones emblemáticas de la división de ideologías y a un destino de irrevocable autodestrucción.

 


La Experiencia: excelente ejecución de un indicio que no necesita aclaración, pero que se apoya en la ilustración de los hechos consecuentes. Con retumbante sonido y múltiples escenas de tensión, vivimos la zozobra de estos hechos a través de sólidas y eficientes actuaciones. Jesse Plemons tiene únicamente 5 minutos de participación en pantalla, pero su personaje y escena son lo mejor de la película.

 

El Resultado: Garland pone la cancha y tira la bola… usted decide hacia que bando se inclina a anotar:

1.       el de la ambigüedad en función de la objetividad que examina y expone un problema más oscuro -- la inhabilidad de la gente para comunicarse efectivamente y la violencia que desencadena esta incapacidad en la actualidad, llevándonos a una irremediable decadencia y consecuente exterminio

2.       el de un cronológico repertorio de sucesos en un escenario ficticio que desata el clásico relato de conflicto bélico culminando en una emocionante película de acción

 

Ambos juegan bien en el retador campo de batalla que Garland construye dentro de Civil War. No hay respuestas claras, fáciles o concretas en tiempos de abundante separación y la película triunfa al convertirse en una promotora de conversación con un claro mensaje de advertencia para una sociedad que está a nada de vivir el apocalíptico mundo paralelo que vemos en pantalla.



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