Si Saturday Night Live hiciera una parodia de Armageddon (Michael Bay, 1998), se vería muy parecida a lo que descubrimos en Don’t Look Up. Adam McKay nos ofrece, como anteriormente con The Big Short (2015) y Vice (2018), un guion inteligente que juega con temática actual dentro de un inesperado entorno. Con su característico y fino humor negro, no deja de exponer la problemática en el tratamiento de contenido sensible como lo es la política, economía y religión en la sociedad actual de los Estados Unidos.
Don’t Look Up (Adam McKay, 2021) nos brinda un escenario donde un cometa que se acerca a la Tierra promete la destrucción del planeta. Los científicos responsables de semejante hallazgo (personajes satisfactoriamente interpretados por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence) luchan contra un sistema que minimiza la importancia de lo inminente, priorizando agendas políticas y corporativas que deberían ser insignificantes en comparación con lo que está por suceder. Dentro del contexto, los personajes caricaturescos de presidente de los Estados Unidos (impecablemente a cargo de la genial Meryl Streep), su hijo y jefe de estado mayor (interpretado a la perfección por Jonah Hill), el típico billonario excéntrico (magistralmente actuado por Mark Rylance), una presentadora de televisión (en la siempre brillante Cate Blanchett) y la cantante estrella Riley Bina (en la imponente voz de Ariana Grande) sirven de ejemplo para ilustrar una sociedad que se acomoda a soluciones negligentemente blandas ante verdades inconvenientes a través del consumismo, la efímera pantalla en la que protagonizan influyentes postizos dentro de un mundo altamente dependiente de las redes sociales y un sobre-empleado capitalismo que deriva del ideal original sobre el que se construye el sueño americano.
Entre bromas y paradojas, Adam McKay comunica la lamentable idiosincrasia del ser humano hoy en día sin escatimar comentario de todo asunto relevante. Es necesario mirar hacia arriba, en todas direcciones y más allá de lo que se presenta en este cómico supuesto apocalíptico y hacer introspección en el papel que juega lo mundano ante la posibilidad de nuestra propia extinción.
En lo personal, disfruto muchísimo las películas de Adam Mckay – son de las que puedo ver mil veces y encontrar un nuevo detalle o revelación en cada una de ellas. Con Don’t Look Up, veo una alta probabilidad de nominaciones por actuaciones y definitivamente una por guion original para la temporada de premios 2022. Le doy un 4.5/5 a esta versión de un posible fin de los tiempos que se aleja de fantasiosos efectos especiales y cursilería para generar una entretenida crítica social.
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