top of page
GiulianaP

El Wayne de Reeves y El Batman de Pattinson

Tanto tanto que decir, comentar y escribir sobre The Batman (Matt Reeves, 2022) que con el fin de no aburrir y cansar a mis lectores lo iré segmentando, pues aquí hay mucho que desempacar…

Part 1 – Wayne / Batman Character Study

Batman es sin duda, no solo mi superhéroe favorito, sino el que también ha tenido más participación en pantalla cuando de superhéroes se trata. Encapuchado y enmascarado, este vigilante es el caballero y salvador de la noche en una Ciudad Gótica plagada de crimen y decadencia. Como en reiteradas ocasiones se nos ha explicado, el concepto de Batman nace en la cabeza de Bruce Wayne cuando sus padres son asesinados, siendo solo un niño y en su presencia, en un crimen de oportunidad (o así pareciera) por el afamado Joker. Traumado, atormentado y con sed de corregir esta infamia que invade sus recuerdos de niño y concepto de familia, el billonario heredero del imperio Wayne acude a sus recursos económicos, inteligencia y apoyo de su mayordomo y confidente Alfred para convertirse en el terror del crimen y los alusivos villanos que amenazan la paz de la ciudad.

A lo largo de varias interpretaciones, vemos a un Bruce Wayne personificado en el misterioso, ecuánime y atractivo magnate de día y habilidoso superhéroe de noche, quien no solo disputa el crimen de manera astuta, si no que despliega un derroche de aparatología y tecnología digno de la NASA. En algunas ocasiones, ese Bruce Wayne es tipificado como el inquebrantable playboy con una supermodelo en cada brazo, sugiriendo una supremacía machista e ímpetu que evitan que se involucre sentimentalmente, evadiendo cualquier posibilidad de sometimiento y/o decepción emocional. Entre juguetes envidiables, trajes de diseñador hechos a la medida, su pulcra presencia y el popular concepto de éxito económico y corporativo que se nos ha inculcado por años, Bruce Wayne aparenta ser el tradicional galán que todas las chicas quieren y todos los chicos desean ser.

El combo Wayne / Batman interpretado por Robert Pattinson es distinto y Matt Reeves (guionista, director y productor de The Batman) asume un enorme riesgo al presentarlo en un plano alterno – un riesgo que considero perfectamente ejecutado y totalmente on point hacia el giro noir que esta entrega desea revelar. Este Bruce Wayne está destruido emocionalmente y la pérdida de sus padres es lo suficientemente reciente para que todavía se proyecte anímica y físicamente afectado. Su demacrada cara y atrofiado cuerpo son precisamente el reflejo de una vehemente lucha interna y aquí es donde Reeves se aventura en bosquejar a un Wayne que no necesariamente ve su transformación a Batman como batuta de justicia, sino como la catarsis necesaria en la oscura tormenta psicológica que atraviesa. Este Wayne / Batman, quien trasnocha para enfrentar la escoria humana y que a pesar de su fuerte traje antibalas, golpes y caídas extremas, es aporreado física y emocionalmente de manera constante, haciendo de este personaje un superhéroe muy humano – susceptible a una vulnerabilidad y polémica emocional que amenazan ser su punto débil.

Este melindroso debacle personal es justamente lo que hace de este Bruce Wayne una figura consumida, lejos de la imagen corpulenta y apuesta representación propia de cualquier miembro del “Club de las 5 de la Mañana” (libro motivacional de Robin Sharma) que nos sugestionan por años. Inspirado en el incomprendido y frustrado artista Kurt Cobain, Reeves escribió el personaje de Wayne siempre con Robert Pattinson en mente, consciente de que la interpretación del reservado y enigmático protagonista sería logrado cabalmente por el hermético estilo de Pattinson. Se podría decir que este Bruce Wayne apenas empieza a enfrentar y comprender el peso del significado de Batman – para sí mismo, para sus enemigos y para la ciudad.

Al inicio de la película y armonizando con el estilo grunge y ermitaño de Cobain, vemos a un Bruce oculto dentro de sí mismo y quien nos narra de manera desconcertada como sus dos años de noches lo han convertido en un animal nocturno que se camufla entre las tinieblas – gobernado por su instinto de caza y una perpetua incertidumbre: la decepción de la situación actual de la ciudad y su incapacidad para resolverla. No es casualidad que en el fondo escuchamos la canción “Something in the Way” de Nirvana y escrita por Cobain – canción cuya triste y melancólica melodía concuerda soberbiamente con la letra que describe un alma distante que intenta salir de su coyuntura para lamentablemente siempre encontrarse algo que obstaculiza su camino.

Si… Para el tormento de muchos, al Wayne de Pattinson le quedan grandes los trajes que usa – son viejos y pasados de moda. Sus mechas largas y mal cortadas, pálida fisionomía y cansadas ojeras irradian la escasa preocupación por imagen y el inevitable desgaste por el que atraviesa a todo nivel. Aquí es donde Reeves utiliza todo recurso expresivo y visual para describir una narrativa más intensa que la lucha del bien contra el mal a gran escala que domina el eje central de los cómics. Este Wayne apenas empieza a atravesar la crisis de identidad que todos los otros Bruce Waynes están destinados a navegar: quien es quien ¿?? Es Batman quien se convierte en Bruce Wayne o Bruce Wayne quien se convierte en Batman ¿?? Cuando es que vemos la esencia del individuo: es frente o detrás de la máscara que se revela la autenticidad del personaje que lleva el traje (cualquiera que este sea) ¿??

Lo que sí es cierto es que con este Wayne, Reeves profundiza la represalia, la duda y la humanización de una fatiga intrínseca que no es lineal o cíclica y en Batman personifica el íntimo recorrido de la misma, así como el cuestionamiento y oportuno concepto de la muy fina línea que se traza entre justicia y venganza…

Lo que me lleva a una segundo análisis de personaje (sin duda mi favorito de la película) y el turbulento concepto de justicia / venganza…

ProntoPart II: Riddles, Riddles everywhere… Riddler -- El Antivillano



23 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page