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GiulianaP

Taxi Driver / Lo Surreal en Función de lo Existencial


De Taxi Driver (1976) se podría escribir un libro completo – tiene y aporta tanto en cuanto a técnica, contenido y estilo, que es casi imposible hacer una simple o corta reseña. Sin embargo, hare mi mejor esfuerzo…

El filme cuenta la trama de un joven veterano de la Guerra de Vietnam que se gana la vida como taxista en las calles de New York City en 1975. Durante largos turnos nocturnos, Travis Bickle ve el mundo, lo cuestiona e inevitablemente trata de encontrar sentido y propósito a todo lo que presencia desde la ventana y timón de su taxi. El guionista, Paul Schrader, nos pone en bandeja de plata a uno de los personajes más complejos y multi-dimensionales de la historia del cine en un escenario perfectamente ejecutado por Martin Scorsese y fotografiado por Michael Chapman, alcanzando un conjunto integral y ejemplar de lo técnico en función de lo narrativo.

Para la audiencia moderna y actual (2019), una que se encuentra ensalzada con las múltiples sagas de superhéroes, remakes e incontables escusas para desplegar lo último en CGI, Taxi Driver va a ser una película “común,” o bien, otra historia de un loco más en New York. Hoy por hoy, los efectos especiales y la tecnología que los permite es lo que deslumbra, impresiona y envuelve a la hora de ir al cine. Lamentablemente, resulta fácil olvidar las películas pioneras en técnicas artísticas rudimentarias que marcaron la pauta para muchas otras por venir... las influyentes que dieron catedra en como lo visual penetra el psique tanto de la audiencia como el de sus personajes y las que se convirtieron en legado para futuras entregas de su género. Taxi Driver es una de ellas y marca un hito en la historia del cine por lo siguiente:



1. La Dirección de Martin Scorsese. Vemos a un Scorsese que va evolucionando a paso galopante: viene de Mean Streets a Taxi Driver y a explotar su particular y efectivo talento de encuadre, composición y manejo de cámara. Junto a la fotografía de Michael Chapman, es con Taxi Driver que la iluminación roja y tomas de interminables pasillos desolados adquieren significado y presencia fundamental en la narrativa de su historia y de su personaje principal. La atmosfera sensorial lograda resulta en una inquietante percepción subjetiva de una persona consumida por el rechazo en su propia pesadilla. Lo más interesante de todo es ver a un joven Martin Scorsese experimentando con lo que va a ser su firma de autor y que luego madura de forma magistral en Raging Bull, Goodfellas y posteriormente en Shutter Island y The Departed.


2. El Guion de Paul Schrader. Paul Schrader es un maestro en escribir análisis de carácter en personajes sombríos. Sus personajes principales son complejos y enfrentan un dilema existencial en el que, a través de varias vías, se cuestionan a sí mismos y el mundo a su alrededor. En este caso, Travis Bickle es el protagonista de su contradicción con la vida que observa a través de la ventana de su taxi. La decadencia de las calles y la ciudad, el declive de la humanidad, la superficialidad de la gente a su alrededor y la suciedad tanto física como moral que tanto desea lavar se convierten en su infierno personal. En Travis Bickle y a través de una soberana representación por parte de Robert de Niro, encontramos el disgusto, la esporádica esperanza y la consecuente confusión que todos sentimos con respecto al mundo en algún momento. Vemos personificada y podemos experimentar los zapatos de la soledad, el anhelo de buscar un propósito, la frustración ante el enigma de un objetivo de vida en una jungla de decadencia y al héroe que no esperábamos encontrar en esa tormentosa existencia.

Aquí encontramos como la fuerza y potencial de un guion logra encajar perfectamente con la visión de un director, llevando a la pantalla el desarrollo de un personaje a través de su propio delirio onírico y en un viaje alegórico para la audiencia.


3. Robert de Niro y Jodie Foster. A través de Robert de Niro y sus expresiones faciales que tanto se resaltan frente al espejo en varias escenas es que vivimos el abismo existencial por el que atraviesa Travis. Es gracias al turbulento laberinto emocional que de Niro logra transmitir junto al viaje tanto físico y mental en el que Scorsese monta a Travis Bickle, que nosotros como audiencia logramos penetrar el inframundo surrealista que se convierte NYC dentro de esta historia. Por otro lado, cabe destacar a Jodie Foster, quien con tan solo 14 años en el momento del rodaje, encarna a una prostituta de 12 y la esperanza de purificación y salvación que Travis tanto anhela. El guion les permite a ambos apoyarse en su estelar talento para manifestar la profundidad que cada personaje amerita sin tener que ser explícito al respecto con dialogo, o la necesidad de una historia de fondo.


4. El simbolismo a través de un nuevo lenguaje cinematográfico. Taxi Driver no es la primera película que recurre a la semiótica para narrar su contenido, claro está. Sin embargo, se incluye dentro la camada de cintas que promueven una especie de renacimiento en el cine de Hollywood de la época. Para entonces, en Europa el estilo de la Nueva Ola Francesa y en Hollywood lo tradicional iban en descenso, pero no las ansias de tratar la magnitud de lo existencial con autoría propia. Se inicia en Hollywood el manejo de esta temática con un estilo visual innovador más artístico y estético que se comunica a través de un lenguaje cinematográfico que se apoya considerablemente en la lectura del simbolismo visual, alejándose de lo tradicional y experimentando con lo liberal y controversial.


Es este taxista una víctima del sistema… producto de su circunstancia… parábola de una sociedad fallida o un simple hombre tratando de sobrevivir ¿?? Travis Bickle representa todo esto, mucho más y Taxi Driver la catarsis necesaria que continuara generando reflexión por muchos años más...



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